Aumentar la "presión" sobre los clientes de servicios de prostitución "hasta hacerla insoportable" con el fin de
reducir la demanda.
Esa es la clave de la segunda fase del plan contra la trata de seres
humanos, avanzado el pasado lunes por el director general de la Policía
Nacional, Ignacio Cosidó, y el ministro del Interior, Jorge Fernández
Díaz. La medida tiene como fin último
suprimir esta actividad de las calles, carreteras y polígonos de toda España
y ha sido acogida de manera distinta por las entidades y trabajadores
sociales que atienden a las mujeres que ejercen y los propietarios de
los locales de alterne.
Los primeros entienden que la aplicación de esta norma tendrá una
repercusión muy negativa para las chicas. "Este tipo de medidas van en
contra de sus intereses, ya que
su problemática se hará invisible para
la sociedad y para las entidades que tratamos de apoyarlas", señala
Erika Chueca, trabajadora social de Médicos del Mundo en Zaragoza y
autora del informe 'Estudio-Diagnóstico sobre la mujer que ejerce
prostitución en Zaragoza', presentado en 2013 en la Universidad de
Zaragoza.
Esta invisibilización del problema derivaría, según Chueca, "en
una mayor desprotección de estas mujeres". El paso lógico para una prostituta que no pueda trabajar en la calle es pasar a
ejercer en pisos particulares y clubes.
"En la calle sí podemos atenderlas sin ninguna cortapisa, mientras que
los locales y casas no nos suelen dejar entrar, y la Policía sólo puede
acceder con una denuncia o en una redada muy puntual por asuntos de
extranjería. En esos lugares, lógicamente,
es más fácil que puedan ser víctimas de las redes de trata de personas", añade Chueca.
En la Asociación Nacional de Empresarios de Locales de Alterne (Anela)
tienen una postura diferente y consideran necesaria una regulación
fuerte a nivel nacional que saque la prostitución de las calles. Para
ello han pedido reunirse con las administraciones autonómicas con el
objetivo de "
crear una normativa que regule los locales de alterne,
lo que posibilitaría el traslado de la prostitución callejera y de
pisos de vecinos a locales debidamente adaptados y regulados para
ejercer dicha profesión, así como soluciones ante el desamparo social
que sufren las mujeres de este sector", apunta Juan Carlos Martínez,
presidente de la organización.
Desde Anela ponen de ejemplo la regulación que se aprobó recientemente
en la comunidad catalana. "Es obvio pensar que detrás de los locales
donde hay mujeres que ejercen libre y autónomamente la profesión existen
empresarios que posibilitan los medios para que esta actividad tenga
lugar
bajo unos mínimos de seguridad e higiene,
arriesgando su dinero y pagando impuestos. Esta situación se encuentra
totalmente regulada en Cataluña. No obstante, el resto de los
empresarios españoles del alterne no disfrutan de la misma coyuntura
administrativa ni legal. ¿Si todos somos iguales ante la Ley, por qué
los empresarios catalanes regentan sus locales en la más absoluta
legalidad y no así los empresarios del resto de España", se pregunta
Martínez.
54 prostíbulos y 1.400 prostitutas en Zaragoza
Según el estudio de Erika Chueca, el perfil de las prostitutas que ofrecen sus servicios en Zaragoza es el de una mujer de
entre 25 y 35 años e inmigrante
-procedente en su mayoría del este de Europa (Rumanía y Bulgaria),
África (especialmente de Nigeria) y Latinoamérica (hace unos años
predominaba la nacionalidad brasileña, pero ahora llegan de distintos
países del continente)-.
Además, por norma general tienen
cargas familiares (hijos y padres) y la inmensa mayoría (90%)
jamás había ejercido en su país
y llega a España con la intención de tener otro tipo de empleo, pero
"al no poder acceder al mercado laboral ni a una regularización de su
situación se ven obligadas a ejercer", indica Chueca.
En 2006, un estudio de los sociólogos David Baringo y Rafael López
estimaba que en la capital aragonesa había unas 1.400 prostitutas, y
según los datos de la Mesa de prostitución y trata de Zaragoza (que
integran varios colectivos sociales y sindicatos), en la ciudad había al
cierre del año pasado un total de 54 clubes y prostíbulos. Además, se
conocen varios espacios de ejercicio de la prostitución callejera: zona
de MercaZaragoza, entre el centro y El Gancho y la zona de Delicias.
El informe de noviembre de 2014 de la Mesa critica que la ciudad "
carece de ordenanzas municipales que regulen el espacio público
como en otras capitales (Barcelona, Sevilla, Madrid)" y que no
encuentran en la DGA "ni sensibilidad ni voluntad política" para acatar
el problema.
Primera fase del plan contra la trata
El director general de la Policía presentó el balance de la primera fase
del plan, puesto en marcha en abril del 2013, que ha acabado con
1.450 detenidos en 462 operaciones, con 11.751 víctimas potenciales y 22.777.475 euros intervenidos.