Cinco buques de guerra, dos submarinos, seis aviones y helicópteros,
dos drones y alrededor de 1.000 militares europeos comenzarán a
desplegarse en los próximos días en aguas internacionales cercanas a
Libia. Se trata de la primera misión militar que la UE pone en marcha para tratar de desmantelar las mafias
que trafican con migrantes. Los ministros aprobaron este lunes el
proyecto, que contempla en última instancia destruir barcos antes de que
zarpen y detener a los traficantes. De momento, los expertos europeos
se limitarán a recoger información sensible porque aún no cuentan con
una resolución de Naciones Unidas que les permita entrar en el
territorio libio.
“Varios ministros están personalmente implicados en la negociación
del Consejo de Seguridad. Espero que esos esfuerzos produzcan un
resultado positivo”, confió la alta representante de la UE para la
Política Exterior, Federica Mogherini,
tras la aprobación de la misión. Pero el respaldo del Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas se complica. Rusia, uno de sus miembros y,
al igual que el resto, con derecho a veto, exige recabar la solicitud
previa del esperado Gobierno de unidad libio. El enviado especial de
Naciones Unidas para Libia, Bernardino León, lleva meses intentándolo,
pero los dos bandos en litigio se resisten. Fuentes de la diplomacia
europea admiten las dificultades, pero confían en contar con un
Ejecutivo inclusivo pronto o, en todo caso, poder gestionar el aval a la
operación en Libia con el Gobierno de Tobruk, reconocido internacionalmente.
Casi una decena de Estados europeos participarán en la operación
libia. Entre ellos figuran España, que aportará un avión de patrulla,
Reino Unido, Alemania e Italia, país que acogerá los cuarteles generales
del proyecto y de donde proviene el comandante de la operación, Enrico
Credendino. El coste inicial será de 11,82 millones de euros para los
dos primeros meses. En principio, se mantendrá un año.
Los ministros han aprobado ya todas las fases y, si llega el mandato
de la ONU, los militares estarían preparados para pasar de la recogida
de información a la siguiente etapa —requisar barcos, primero en aguas
internacionales y luego en zona territorial libia— en un mes. En una
tercera fase, los soldados inutilizarían los barcos de los traficantes,
el gran objetivo del plan. Eso requeriría algún tipo de presencia en
tierra libia.
Aunque el objetivo de la UE es neutralizar las mafias que transportan
a inmigrantes desde las costas libias hasta las del Mediterráneo
europeo, la misión tendrá un componente de salvamento. Los activos
militares desplegados identificarán barcazas con destino a Italia o
Malta y en muchos casos tendrán que asistir a los migrantes que se
encuentren. Los militares contactarán con Frontex, que también tiene
barcos en la zona para labores de vigilancia —y en su caso de rescate—,
para coordinar el salvamento, explica un alto cargo del mando militar
comunitario.