Satoshi Terao, sociolingüista y profesor de la
Universidad de Kyoto, es un estudioso y defensor de las
lenguas minoritarias,
de su lengua materna, el banshu, y también de otras de países más
lejanos, como el mirandés, de Portugal, o la fabla aragonesa, sobre la
que publicó el pasado año un libro en japonés.
En 2011 la
lengua aragonesa fue incluida en la
planificación del departamento de estudios extranjeros de la Universidad
de Kyoto, y desde entonces cada curso entre 30 y 40 alumnos con
formación en castellano profundizan durante dos semanas en la gramática,
fonética y conversación básicas, y en su situación actual. "La lengua
aragonesa tiene originalidad en España porque es la
única lengua que no se enfrenta directamente con el castellano, sino que incentiva la convivencia de varias", comenta Terao.
El profesor nipón sabía de la existencia del aragonés desde su época de
estudiante en la Universidad, pero fue en su primera visita a Jaca en
julio de 1997 cuando la conoció más en profundidad, ocasión también en
la que conoció al profesor
Francho Nagore en el encuentro de la Asociación Internacional de Lenguas y Culturas Minoritarias.
Desde aquella primera incursión, Terao ha realizado una veintena de
viajes al territorio aragonés, la última de ellas el verano pasado, para
"saludar a mis orientadores en fabla", como los miembros del
Consello d'a Fabla Aragonesa, el Ligallo de Fablans y la Asociación Cultural Nogará.
El viaje también le sirvió para dar a conocer su libro sobre aragonés
publicado en japonés, fruto de la tesis doctoral que presentó en 2013
sobre el proceso de promoción lingüística, comparando casos europeos, el
aragonés y el mirandés especialmente, con casos asiáticos, como el
Banshu y el Wenzhou, "la lengua nativa de la mayoría de los inmigrantes
de China en España", explica Terao, quien se muestra defensor de la Ley
de Lenguas aprobada por el ejecutivo aragonés en 2009: "espero que la
ley de 2013 la cambien otra vez en poco tiempo", dice.
De sus investigaciones y estudios por el mundo sobre la preservación y
promoción de lenguas minoritarias en sus respectivos países, se muestra
esperanzado: "su promoción es difícil en general, pero hay
posibilidades".
Pese a lo que pueda parecer, el castellano o el aragonés son lenguas que
no resultan difíciles de aprender para los estudiantes japoneses.
"Son fáciles, comparadas con el inglés son lenguas muy accesibles,
especialmente en lo que se refiere a la pronunciación", apunta.
Algunas de las noticias y fotos de Satoshi Terao, muy activo en el
entorno digital en todo lo referente a la difusión y promoción de
lenguas minoritarias, son difundidas a través de Chesús Agustín,
promotor de la lengua aragonesa y de la
página de facebook L'aragonés En Plana,
en la que comparte abundante información y noticias sobre la lengua
aragonesa, su enseñanza y promoción, así como la cultura y costumbres de
la tierra.
A través de esta página entró en contacto con Satoshi y empezó a
compartir sus fotos y comentarios, que pueden ser tanto de sus clases
como de camisetas incitando a
'charrar aragonés' por
las mismas calles de Kyoto. "Me parece que es de agradecer que en el
mundo se preocupen por nuestra lengua, cuando lo conocí me quedé
impresionado", comenta Agustín, quien explica que a su buzón de correo
le llegan consultas de otras partes del mundo. "Hay gente que me
pregunta desde el extranjero si hay cursos de aragonés on line", dice.
Dentro de las acciones organizadas desde su Facebook, una de las más populares para corresponder el abrazo
'nipón-aragonés'
es el concurso que iniciaron hace dos años de haikus, poemas
tradicionales de tres versos inspirados en la naturaleza, pero en los
que los participantes pueden encontrar la inspiración en Ordesa o en el
mismo cierzo, porque en este caso deben ser escritos en fabla.