29 de Septiembre 2015
Estudiante expulsada de clase por llevar hiyab en Zaragoza
Tras la expulsión, Soraya publicó los hechos en su cuenta de Twitter,
viralizándose por las redes sociales y generando muchos debates y
movimientos de apoyo.
Así, el primer día de curso, durante la clase de ‘Contextos diversos’
impartida por el profesor Alfonso Heredia Manrique, éste expulsó a la
alumna Soraya Malick, siendo denunciado por ella a Decanato, aludiendo
al reglamento interno, en el que los artículos 4 y 158 rechazan
cualquier tipo de discriminación. Consiguiendo así volver a acudir a
clase.
El jueves, día en que la alumna se reincorporaba a clase, lo hizo con
representantes estudiantiles de la asamblea de la facultad y otros
cargos universitarios esperando en el pasillo. Sin embargo, al inicio de
la clase, el profesor, haciendo referencia a la mediación del
reglamento, le espetó: “sepan que me obligan a tenerte en clase, pero no
eres bienvenida”.
En ese momento, Soraya recriminó al profesor y abandonó el aula junto
con toda la clase en señal de protesta por la actitud del profesor y en
apoyo de la compañera, llevando a cabo todo un acto de solidaridad que
no se detendría ahí.
Tras esto, los estudiantes realizaron un escrito de queja ante la que
calificaron como “intolerable” actitud del profesor, junto con otros
compañeros de la Asamblea de la facultad y varios colectivos
estudiantiles, anunciando también desde la Asamblea “otras medidas de
presión con los colectivos estudiantiles para que el profesor Heredia
cese en su hostilidad hacia la alumna”.
Este texto ya ha sido firmado por decenas de estudiantes y se preveen
más acciones en defensa de su compañera, la cual agradecía “el apoyo
recibido de todos mis compañeros y de la Asamblea de Facultad”.
El caso de Soraya ¿un hecho aislado?
En efecto, este no es un hecho aislado. Los conflictos respecto al
uso del hiyab y a la libertad religiosa en educación son una constante
en un contexto de ascenso de la islamofobia, y en el ámbito europeo al
calor de la llegada de refugiados que huyen de la guerra y la necesidad
causada por el expolio de las grandes potencias.
En el Estado Español, donde se mantienen concordatos con el Vaticano de
época franquista, la religión católica aún tiene una gran influencia
reaccionaria en la educación y en la política de libertades democráticas
y fiscal (la Iglesia está exenta de impuestos, como el IBI).
Mientras la Iglesia se lleva millonarias subvenciones, consigue que
se imparta Religión Católica en cada colegio, sea uno de los miles de
colegios concertados que controla, o público, además de que ahora, tras
la LOMCE, sea una asignatura tan válida como enseñanzas científicas y
racionales.
A su vez, son frecuentes los casos de estudiantes discriminadas por
personal de los centros educativos por llevar hiyab, como el caso de
Najwa en 2010 quien fue expulsada del IES Camilo José Cela en Pozuelo de
Alarcón por llevar hiyab, decisión aprobada por un juez, mientras no se
conoce aún ningún caso de expulsión por portar símbolos cristianos.
Estos casos no sólo se limitan al ámbito educativo, en el que se
observa cómo desciende significativamente el número de inmigrantes no
europeos al llegar a la universidad, sino que es una muestra más de la
islamofobia y racismo institucional que aumenta al calor de las
intervenciones imperialistas en África y Oriente Próximo. Otra expresión
son los ataques a los refugiados en centros de Alemania, cuya llegada
se ha incrementado a niveles históricos las últimas semanas a raíz de la
guerra en Siria.
El uso del velo por las mujeres musulmanas ha sido durante los
últimos años un debate, muchas veces desde posiciones eurocéntricas que
las señalan como oprimidas, pasivas y sumisas mujeres, como si la mujer
en los países occidentales no fuera también objeto de múltiples
opresiones.
Este discurso además omite las luchas que han llevado y llevan a cabo muchas mujeres musulmanas tanto reivindicando sus derechos como mujeres, como contra los gobiernos coloniales occidentales.
Así, numerosas feministas de origen musulmán han polemizado con la
imposición de los valores occidentales en el nombre de la defensa de la
mujer.
Lo ocurrido en la Facultad de Educación es una muestra más de
islamofobia y sexismo, situación en muchas ocasiones institucional, que
sufren las mujeres musulmanas. En este caso ha ocurrido en un contexto
universitario donde el número de estudiantes de origen no europeo es
significativamente bajo en proporción a los residentes.
La solidaridad, como la que vienen demostrando los estudiantes de la
clase de Soraya, la Asamblea de la Facultad y colectivos estudiantiles
es la vía para combatir esta situación de opresión, tanto a las mujeres
como a las personas migrantes. Así, la movilización es un arma poderosa
para lograr una universidad libre de discriminación, de racismo y
xenofobia.
Fuente: La Izquierfda Diario URL relacionado: http://www.laizquierdadiario.com/Estudiante-expulsada-de-clase-por-llevar-hiyab-en-Zaragoza?id_rubrique=2653
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