El primer grupo de refugiados
que acoge España, 11 de ellos de nacionalidad eritrea y otro más sirio,
llegó anoche al aeropuerto de Madrid procedente de Roma. En principio,
eran 19, pero siete de ellos, todos eritreos, se negaron a viajar porque
reclamaban ser conducidos a Alemania, según fuentes implicadas en su
traslado. El grupo es la avanzadilla de un contingente inicial de 50
refugiados aprobado por el Gobierno en virtud del pacto entre los socios
europeos para reubicar desde Grecia e Italia a 160.000 solicitantes de
asilo.
Los 12 refugiados —ocho hombres y cuatro mujeres— llegaron al
aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas en un vuelo comercial desde la
capital italiana que aterrizó poco antes a las 21.30, media hora antes
de lo previsto. Un dispositivo policial había sido organizado en la
pista para conducirles de inmediato a la Sala de Autoridades, donde
permanecieron algo más de una hora. Allí fueron recibidos por el
secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, y la secretaria
general de Inmigración y Emigración, Marina del Corral. A la reunión no
se permitió el acceso de los medios informativos.
España se sitúa así entre los cinco primeros países europeos que ponen en marcha experiencias para impulsar los procedimientos de reubicación pactados en el seno de la UE.
A partir de ahora, varias ONG se harán cargo de los recién llegados en
distintas zonas de España para atender sus primeras necesidades básicas,
señaló anoche Interior en un comunicado.
Tres de los eritreos serán trasladados al País Vasco. Miembros de la
Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) se desplazaron a Madrid
para recogerlos en el aeropuerto y llevarlos por carretera a Bilbao. El
Gobierno vasco ya ha mostrado su disposición a acoger a cerca de un
millar de inmigrantes huidos de distintos conflictos bélicos en los
últimos meses. “Hemos hecho un esfuerzo desde todas las instituciones
sin hacer política de este tema y pensando solo en las personas”,
declaró a Radio Euskadi el director de Política Familiar del Ejecutivo
autónomo, José Luis Madrazo, quien, sin embargo, lamentó que el proceso
esté siendo más lento de lo previsto. “Es extraño que solo puedan venir
tres personas”, remachó.
Horas antes de la llegada de los refugiados, el ministro del
Interior, Jorge Fernández Díaz, había señalado en Barcelona que los
centros y localidades que les acogerán ya están preparados para
recibirlos. Fernández Díaz subrayó que el objetivo de las autoridades
españolas no es solo acoger a estos refugiados, sino integrarlos en la
sociedad, por lo que se les dará “atención de todo tipo: sanitaria,
educativa, planes de formación para poder acceder e integrarse en el
mercado laboral...” “Todo plan de acogida de refugiados tiene como
objetivo último la integración en el país de destino”, agregó.
El Gobierno, que pretende reasentar a 854 desplazados hasta finales
de año, ha establecido un plan personalizado ya que, según señaló el
pasado viernes tras el Consejo de Ministros la vicepresidenta, Soraya
Sáenz de Santamaría, algunos de los refugiados tienen “necesidades
específicas”. El Ejecutivo quiere seguir de cerca la adaptación de este
primer contingente antes de que lleguen los siguientes. “Hay que hacerlo
muy bien para evitar movimientos secundarios”, declaró la
vicepresidenta, respecto a la posibilidad de que algunos pretendan
marchar después a otros países.
Un proceso lleno de recelos
y de dificultades
Los países europeos fueron reticentes a acoger a los refugiados
y después de haberlos aceptado el proceso marcha con lentitud. Hasta
comienzos de este mes de noviembre solo 86 inmigrantes habían viajado
desde Italia a Suecia y a Finlandia. El resto espera trámites
burocráticos. Los 160.000 pactados por la UE deben estar reubicados en
dos años. Los ministros europeos de Interior celebran hoy una nueva
reunión extraordinaria en la que estudiarán cómo agilizar la reubicación
de los demandantes de asilo y cómo trasladar al terreno operativo la
respuesta acordada. Para mañana está prevista a su vez una reunión de la
comisión interministerial española que sigue esta crisis. La
vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y los ministros de Justicia,
Rafael Catalá; Interior, Jorge Fernández Díaz, y Empleo, Fátima Báñez,
analizarán la situación de este grupo inicial.