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25 de Noviembre 2015
El 'Anuario de la Inmigración de España' denuncia parálisis del Gobierno en política migratoria
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"Inacción
política" y normativa por parte del Gobierno en materia migratoria y de
integración y empleo de la "lógica del miedo" en Ceuta y Melilla. Esa
es una de las principales conclusiones del Anuario de la Inmigración en España
2014 del Centro de Asuntos Internacionales de Barcelona (Cidob), presentado
este miércoles en CaixaForum Madrid bajo el título Flujos cambiantes, atonía
institucional. Imágenes Inmigrantes, sobre la valla de Melilla 1 Foto Los
autores del informe han querido poner el acento en su análisis del pasado año
migratorio sobre el excesivo “perfil bajo” que, a su juicio, tuvieron las
políticas institucionales en este terreno, según explicó el sociológo Joaquín
Arango. Para este experto, salvo el reglamento de los centros de internamiento
(CIES) y el Plan Intensivo de Nacionalidad Española, ha habido “una atonía” en
las administraciones en materia migratoria que se ha traducido, por ejemplo, en
que "siga sin ver la luz el Reglamento de la Ley de Asilo" y que
"no se haya renovado el Plan de Ciudadanía e Integración". Unos de
los principales retos de Europa consiste en modificar las percepciones de la
opinión pública sobre la inmigración Arango también ha destacado la tensión
creciente en la frontera de las ciudades autónomas, donde los expertos aseguran
que existe una creciente violencia de los inmigrantes hacia las Fuerzas de
Seguridad del Estado en su intento de pasar la frontera. Al mismo tiempo, ha
lamentado que el Gobierno haya dado "cobertura legal a las 'devoluciones
en caliente'" de inmigrantes y que no atienda al cambio de perfil de los
internos en los CETI, "cada vez más orientado a personas que escapan de la
guerra y de conflictos bélicos" y que, según ACNUR, les hace candidatos de
protección internacional. No obstante, el anuario valora como positivo de la
política migratoria en España la "persistencia un año más de la paz social
y del bajo grado de politización de la cuestión migratoria en España, a pesar
de los elevados niveles de desempleo, en marcado contraste con el más tenso panorama
observable en varios países europeos". "Tampoco se ha asistido al
ascenso de ningún partido o movimiento populista xenófobo semejante, por
ejemplo, al UKIP del Reino Unido, al Frente Nacional francés o a los varios que
proliferan a lo largo de Europa; ni se han observado síntomas de contagio de la
retórica antiinmigración en los partidos mayoritarios", indica el anuario.
La tragedia del Mediterráneo El informe analiza la "tragedia" vivida
en el Mediterráneo durante 2014 como un adelanto de los acontecimientos que
están tenido lugar en 2015 con la llegada masiva de refugiados a las fronteras
europeas. "Ante todo, es una crisis humanitaria que entraña incontables
penalidades y sufrimientos y que ha alcanzado cotas de dramatismo
insoportables", ha advertido Arango. Sobre los refugiados, el codirector
del estudio, el profesor de la Universidad Autónoma de Madrid Ramón Mahía, ha
indicado que España tiene experiencia en migración laboral, ante la que ha ido
"más o menos reaccionando", pero, sin embargo, no tiene "ni los
recursos ni las ideas claras" en cuanto al derecho de asilo o a la
protección internacional. Los autores del informe señalan que unos de los
principales retos de Europa consiste en modificar las percepciones de la
opinión pública sobre la inmigración, dejar de utilizar a este colectivo como
"chivo expiatorio" y centrarse, por otra parte, en desarrollar
políticas para mitigar las preocupaciones "creíbles" de los
ciudadanos en relación a la cohesión social y la inclusión. Descenso del saldo
migratorio El anuario también recoge las cifras oficiales que apuntan a un
nuevo descenso del saldo migratorio en España. En 2014 el número de salidas de
españoles y extranjeros superó en 102.308 al de llegadas: en términos brutos,
se registraron 307.035 entradas migratorias frente a 409.343 salidas. Del total
de los que emigraron al extranjero (409.343), 78.785 tenían la nacionalidad
española (19,2%), y de ellos 50.249 habían nacido en España; el resto eran
extranjeros (330.559). La población extranjera residente en España en 2014 se
sitúa en los 4.447.852, lo que supone un descenso de 229.207 personas (un
4,90%) con respecto a 2013. En buena medida este descenso se debe al efecto
combinado de la (r)emigración de los extranjeros a otros países, o a sus países
de origen, y al efecto de la adquisición de la nacionalidad que para este año
2014 ha alcanzado la cifra de 205.870 personas.
"Inacción política" y
normativa por parte del Gobierno en materia migratoria y de integración y
empleo de la "lógica del miedo" en Ceuta y Melilla. Esa es una de las
principales conclusiones del Anuario de la Inmigración en España 2014
del Centro de Asuntos Internacionales de Barcelona (Cidob), presentado
este miércoles en CaixaForum Madrid bajo el título Flujos cambiantes,
atonía institucional.
Imágenes
Inmigrantes, sobre la valla de Melilla 1 Foto
Los autores del informe han querido poner el acento en su análisis del
pasado año migratorio sobre el excesivo “perfil bajo” que, a su juicio,
tuvieron las políticas institucionales en este terreno, según explicó el
sociológo Joaquín Arango. Para este experto, salvo el reglamento de los
centros de internamiento (CIES) y el Plan Intensivo de Nacionalidad
Española, ha habido “una atonía” en las administraciones en materia
migratoria que se ha traducido, por ejemplo, en que "siga sin ver la luz
el Reglamento de la Ley de Asilo" y que "no se haya renovado el Plan de
Ciudadanía e Integración".
Unos de los principales retos de Europa consiste en modificar las
percepciones de la opinión pública sobre la inmigración Arango también
ha destacado la tensión creciente en la frontera de las ciudades
autónomas, donde los expertos aseguran que existe una creciente
violencia de los inmigrantes hacia las Fuerzas de Seguridad del Estado
en su intento de pasar la frontera. Al mismo tiempo, ha lamentado que el
Gobierno haya dado "cobertura legal a las 'devoluciones en caliente'"
de inmigrantes y que no atienda al cambio de perfil de los internos en
los CETI, "cada vez más orientado a personas que escapan de la guerra y
de conflictos bélicos" y que, según ACNUR, les hace candidatos de
protección internacional.
No obstante, el anuario valora como positivo de la política migratoria
en España la "persistencia un año más de la paz social y del bajo grado
de politización de la cuestión migratoria en España, a pesar de los
elevados niveles de desempleo, en marcado contraste con el más tenso
panorama observable en varios países europeos".
"Tampoco se ha asistido al ascenso de ningún partido o movimiento
populista xenófobo semejante, por ejemplo, al UKIP del Reino Unido, al
Frente Nacional francés o a los varios que proliferan a lo largo de
Europa; ni se han observado síntomas de contagio de la retórica
antiinmigración en los partidos mayoritarios", indica el anuario.
La tragedia del Mediterráneo
El informe analiza la "tragedia" vivida en el Mediterráneo durante 2014
como un adelanto de los acontecimientos que están tenido lugar en 2015
con la llegada masiva de refugiados a las fronteras europeas. "Ante
todo, es una crisis humanitaria que entraña incontables penalidades y
sufrimientos y que ha alcanzado cotas de dramatismo insoportables", ha
advertido Arango.
Sobre los refugiados, el codirector del estudio, el profesor de la
Universidad Autónoma de Madrid Ramón Mahía, ha indicado que España tiene
experiencia en migración laboral, ante la que ha ido "más o menos
reaccionando", pero, sin embargo, no tiene "ni los recursos ni las ideas
claras" en cuanto al derecho de asilo o a la protección internacional.
Los autores del informe señalan que unos de los principales retos de
Europa consiste en modificar las percepciones de la opinión pública
sobre la inmigración, dejar de utilizar a este colectivo como "chivo
expiatorio" y centrarse, por otra parte, en desarrollar políticas para
mitigar las preocupaciones "creíbles" de los ciudadanos en relación a la
cohesión social y la inclusión.
Descenso del saldo migratorio
El anuario también recoge las cifras oficiales que apuntan a un nuevo
descenso del saldo migratorio en España. En 2014 el número de salidas de
españoles y extranjeros superó en 102.308 al de llegadas: en términos
brutos, se registraron 307.035 entradas migratorias frente a 409.343
salidas. Del total de los que emigraron al extranjero (409.343), 78.785
tenían la nacionalidad española (19,2%), y de ellos 50.249 habían nacido
en España; el resto eran extranjeros (330.559).
La población extranjera residente en España en 2014 se sitúa en los
4.447.852, lo que supone un descenso de 229.207 personas (un 4,90%) con
respecto a 2013. En buena medida este descenso se debe al efecto
combinado de la (r)emigración de los extranjeros a otros países, o a sus
países de origen, y al efecto de la adquisición de la nacionalidad que
para este año 2014 ha alcanzado la cifra de 205.870 personas. Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2613850/0/anuario/inmigracion/cidob/#xtor=AD-15&xts=467263
"Inacción política" y
normativa por parte del Gobierno en materia migratoria y de integración y
empleo de la "lógica del miedo" en Ceuta y Melilla. Esa es una de las
principales conclusiones del Anuario de la Inmigración en España 2014
del Centro de Asuntos Internacionales de Barcelona (Cidob), presentado
este miércoles en CaixaForum Madrid bajo el título Flujos cambiantes,
atonía institucional.
Imágenes
Inmigrantes, sobre la valla de Melilla 1 Foto
Los autores del informe han querido poner el acento en su análisis del
pasado año migratorio sobre el excesivo “perfil bajo” que, a su juicio,
tuvieron las políticas institucionales en este terreno, según explicó el
sociológo Joaquín Arango. Para este experto, salvo el reglamento de los
centros de internamiento (CIES) y el Plan Intensivo de Nacionalidad
Española, ha habido “una atonía” en las administraciones en materia
migratoria que se ha traducido, por ejemplo, en que "siga sin ver la luz
el Reglamento de la Ley de Asilo" y que "no se haya renovado el Plan de
Ciudadanía e Integración".
Unos de los principales retos de Europa consiste en modificar las
percepciones de la opinión pública sobre la inmigración Arango también
ha destacado la tensión creciente en la frontera de las ciudades
autónomas, donde los expertos aseguran que existe una creciente
violencia de los inmigrantes hacia las Fuerzas de Seguridad del Estado
en su intento de pasar la frontera. Al mismo tiempo, ha lamentado que el
Gobierno haya dado "cobertura legal a las 'devoluciones en caliente'"
de inmigrantes y que no atienda al cambio de perfil de los internos en
los CETI, "cada vez más orientado a personas que escapan de la guerra y
de conflictos bélicos" y que, según ACNUR, les hace candidatos de
protección internacional.
No obstante, el anuario valora como positivo de la política migratoria
en España la "persistencia un año más de la paz social y del bajo grado
de politización de la cuestión migratoria en España, a pesar de los
elevados niveles de desempleo, en marcado contraste con el más tenso
panorama observable en varios países europeos".
"Tampoco se ha asistido al ascenso de ningún partido o movimiento
populista xenófobo semejante, por ejemplo, al UKIP del Reino Unido, al
Frente Nacional francés o a los varios que proliferan a lo largo de
Europa; ni se han observado síntomas de contagio de la retórica
antiinmigración en los partidos mayoritarios", indica el anuario.
La tragedia del Mediterráneo
El informe analiza la "tragedia" vivida en el Mediterráneo durante 2014
como un adelanto de los acontecimientos que están tenido lugar en 2015
con la llegada masiva de refugiados a las fronteras europeas. "Ante
todo, es una crisis humanitaria que entraña incontables penalidades y
sufrimientos y que ha alcanzado cotas de dramatismo insoportables", ha
advertido Arango.
Sobre los refugiados, el codirector del estudio, el profesor de la
Universidad Autónoma de Madrid Ramón Mahía, ha indicado que España tiene
experiencia en migración laboral, ante la que ha ido "más o menos
reaccionando", pero, sin embargo, no tiene "ni los recursos ni las ideas
claras" en cuanto al derecho de asilo o a la protección internacional.
Los autores del informe señalan que unos de los principales retos de
Europa consiste en modificar las percepciones de la opinión pública
sobre la inmigración, dejar de utilizar a este colectivo como "chivo
expiatorio" y centrarse, por otra parte, en desarrollar políticas para
mitigar las preocupaciones "creíbles" de los ciudadanos en relación a la
cohesión social y la inclusión.
Descenso del saldo migratorio
El anuario también recoge las cifras oficiales que apuntan a un nuevo
descenso del saldo migratorio en España. En 2014 el número de salidas de
españoles y extranjeros superó en 102.308 al de llegadas: en términos
brutos, se registraron 307.035 entradas migratorias frente a 409.343
salidas. Del total de los que emigraron al extranjero (409.343), 78.785
tenían la nacionalidad española (19,2%), y de ellos 50.249 habían nacido
en España; el resto eran extranjeros (330.559).
La población extranjera residente en España en 2014 se sitúa en los
4.447.852, lo que supone un descenso de 229.207 personas (un 4,90%) con
respecto a 2013. En buena medida este descenso se debe al efecto
combinado de la (r)emigración de los extranjeros a otros países, o a sus
países de origen, y al efecto de la adquisición de la nacionalidad que
para este año 2014 ha alcanzado la cifra de 205.870 personas. Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2613850/0/anuario/inmigracion/cidob/#xtor=AD-15&xts=467263
Fuente: 20 Minutos URL relacionado: http://www.20minutos.es/noticia/2613850/0/anuario/inmigracion/cidob/
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